El desierto florido[1] es un fenómeno que se da cuando las precipitaciones sobre el desierto de Atacama superan los niveles usuales. Cuando ello ocurre, las semillas que llevan esperando años condiciones aptas, florecen y llenan de vida al desierto más árido del mundo.
Como tengo en familia en Vallenar, crecí escuchando relatos de éste, pero nunca pude contemplarlo por mi cuenta hasta este año.
¿Y qué tienen que ver los lentes gran angular?
En mi mente, el plan era tomar primeros planos de las flores con mi (no tan) viejo y (muy) confiable lente macro[2], además de algunas tomas del paisaje con algún lente de perspectiva normal [3]. Sin embargo, hace poco llegó mi copia del súper gran angular[4] de Laowa para el formato m4/3: el 7.5mm f2[5]. Como no podía perder la oportunidad de jugar con la nueva perspectiva que me entregaba este nuevo lente, dejé un poco de lado mi plan original para ver qué aprendía.
Como primer ejemplo, tomaré la garra de león. Ésta flor endémica de la zona tiene una estructura muy particular: sus flores están al final de un largo tallo. Si capturamos un primer plano de la flor (usando nuestro confiable lente macro, por ejemplo), perdemos lo interesante del tallo. En cambio, si capturamos la flor completa con una perspectiva normal, la flor pierde protagonismo. Acá es donde un lente gran angular ofrece sus encantos; podemos mantener el protagonismo de los objetos cercanos, a la vez que mantenemos el contexto de la escena en el mismo cuadro.
Otra de las cosas que me agradan de la perspectiva más extrema de éstos lentes es que podemos usar partes del sujeto a retratar como guías visuales para llevar la vista del espectador a éste. Por ejemplo, podemos dejar algún tallo, hoja o rama de una flor o planta en las esquinas de nuestra foto para lograr ese efecto.
¿Qué pasa ahora si tengo un cielo interesante que también me gustaría capturar? Acá sumamos otro punto más a nuestro (ya) confiable lente gran angular, pues podemos usar la distorsión que genera en las esquinas, para que las nubes de este cielo nos dirijan al centro de la escena[6].
Por último, el efecto de epicidad que se logra al tomar fotos desde un ángulo bajo se hace más notorio con un gran angular. Aunque lo he visto más usado con retratos de personas o fotografía de arquitectura, también tiene su encanto con sujetos pequeños.
Aún dicho todo lo anterior, siempre es bueno que lleven su viejo y confiable lente macro con ustedes, porque las sorpresas con éste están a la orden del día.